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SALUD MENTAL DURANTE EL PERIODO DE DISTANCIAMIENTO

Foto de Nandhu Kumar en Pexels

Las medidas de salud pública implementadas durante la emergencia por COVID-19 han generado transformación en nuestros estilos de vida y formas de interacción, lo que a su vez involucra generar recursos internos y externos para facilitar los procesos de adaptación, aun en medio de lo inesperado. En ocasiones esto puede producir sensación de malestar, en donde se conjugan otros factores que pueden llegar a ser estresores como lo económico, laboral, familiar, o social. De ahí que se mencione con mayor regularidad la salud mental, entendida como una entidad aislada de la salud física, cuando su relación es estrecha y por tanto bastaría con mencionar el término salud para referirse a ella. 

Es así como todos nos exponemos a alteraciones, que pueden generar consecuencias en nuestra salud mental, sobre todo quienes presentaban condiciones previas, pero también hay que mencionar que la situación actual aumenta el riesgo de la población infantil y adolescente a exponerse a situaciones de abuso, maltrato o negligencia (Fegert, Vitiello, Plener & Clemens 2020; Witt, Ordoñez & Ferget, 2020) entre lo que se incluye el riesgo a la explotación sexual en línea, teniendo en cuenta que niños y adolescentes pasan la mayor parte de su tiempo haciendo uso de las redes, en ocasiones sin supervisión.

En este orden de ideas, desde Humana hemos propuesta una serie de recomendaciones para el autocuidado, teniendo en cuenta la información suministrada por entes oficiales, tanto nacionales como internacionales, los estudios adelantados por Aufderheide y Gondles (2020) y la experiencia alrededor de atención a pacientes durante este periodo:

-La pandemia actual se trata de un evento inesperado, lo que implica diferentes reacciones de acuerdo a los recursos personales y sociales, por tanto hay que evaluar qué indicaciones pueden ser más acorde para cada cual, al igual que no dudar en caso de requerir ayuda especializada. Hay alteraciones en la rutina que pueden ser reacciones normales a la situación anormal que se vivencia.

-Tampoco se trata de un competencia donde cada persona debe sobresalir, mantenerse más ocupada o ser más creativa, también se valen los momentos de ocio, de explorar intereses y de transformar el ritmo que se llevaba previo a las medidas de distanciamiento social.

-Las limitaciones alrededor de la información acerca del COVID-19, se sugieren como forma de evitar la sobrexposición, lo que puede tener incidencia en la ansiedad, pero esto también implica evaluar a que fuentes se está recurriendo, lo mejor son las confiable y oficiales.

-Continuar tomando decisiones para protegerse, ante esto es relevante la información que provean las autoridades locales, pero también las acciones que como sujetos autónomos se pueden ejercer, sin necesidad de estar continuamente vigilados o castigados por otro, van desde la higiene personal, hasta la conciencia de que si no es necesario salir no hay necesidad de exponer u exponer a otros.

-Mantener contacto con las redes de apoyo, pero también tener la posibilidad de movilizar recursos o ejercer acciones para proveer redes para otros, de acuerdo a Aufderheide y Gondles (2020), estos actos de bondad reducen estrés y ansiedad y mejoran el estado de ánimo incidiendo a su vez en el sistema inmune.

-Los recursos lúdicos se han convertido en una herramienta para afrontar las implicaciones que el confinamiento genera, teniendo en cuenta que además de proveer herramientas de aprendizaje y sociales, facilitan para todas las edades asumir un estado de calma, en un momento donde hay tensiones continuas, entre las que se incluyen las académicas y laborales.

-Tomar control acerca del uso de medicamentos, solo hacer uso de fármacos cuando esto ha sido recomendado por un médico, al igual que seguir los tratamientos que hasta ahora se hayan indicado.

-Tener en cuenta los estilos de vida saludable y su impacto sobre la salud, sobre todo en este momento donde probablemente es menor la actividad física que se realiza, teniendo en cuenta que estos previenen todo tipo de afecciones. Por tanto se incluye la alimentación saludable, los hábitos de sueño, ejercicio.

-Pensarse en aquellas personas, actividades o situaciones que inciden en mejorar el estado de ánimo, teniendo en cuenta que el distanciamiento puede generar cambios en el mismo y pueden haber momentos en que se necesite recurrir a los mismos.

Referencias

Aufderheide, D., Gondles, E. (2020). The Psychology of COVID-19. How to manage your mental health and take back control. Corrections Today, 82(3), 8-13.

Fegert, J.M., Vitiello, B., Plener, P.L., & Clemens, V. (2020). Challenges and burden of the Coronavirus 2019 (COVID-19) pandemic for child and adolescente mental health: a narrative review to highlight clinical and research needs in the acute phase and the long return to normaly. Child Adolesc Psychiatry Ment Health, 14(20), 1-4. Doi: https://doi.org/10.1186/s13034-020-00329-3

Witt, A., Ordoñez, A.M.,Vitiello, B., & Fegert, J.M. (2020). Child and adolescent mental health service provision and research during the Covid-19 pandemic: challenges, opportunities, and a call for submissions. Child Adolesc Psychiatry Ment Health, 14(19), 1-4. Doi: https://doi.org/10.1186/s13034-020-00324-8.

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