Valentina Agredo Sanín
Psicóloga. Especialista en Cultura de Paz y Derechos Humanos.
De acuerdo con la ley colombiana, la salud es un derecho autónomo e irrenunciable en lo individual y colectivo, cuya responsabilidad de garantía reposa en el Estado y comprende el acceso a servicios de salud de calidad, así como la promoción de la salud. En este sentido, reconocer la salud como un derecho implica una interdependencia con otros derechos, pues se comprende que la salud no hace referencia únicamente a bienestar físico sino mental y social. En esta medida, la salud viene a ser un derecho fundamental que le permite a una persona vivir su vida de manera digna, sin ser víctima de discriminación o exclusión por cualquier condición particular asociada con su edad, sexo, género, religión, entre otras.
El Estado colombiano hace frente a las tensiones que se presentan en relación a la garantía del derecho a la salud y las distintas perspectivas de abordaje a través de la consolidación de políticas públicas orientadas a promover la igualdad de trato y de oportunidades en el acceso a servicios de promoción y prevención de la salud. Mediante estas herramientas se pretende proteger y garantizar el goce pleno del derecho a la salud y todos aquellos interrelacionados con el mismo.
Además de la política pública, el Estado suele articularse con otras instituciones sociales para proyectar iniciativas que comprendan tanto la promoción del derecho a la salud como la especificidad de temas que pueden comprenderse al interior de este derecho. Uno de ellos es la salud sexual y reproductiva, en el cual la escuela viene a cumplir un papel fundamental al considerarse herramienta estatal en los procesos de formación integral. Bajo esta lógica, la escuela se posiciona como un espacio de formación y socialización, rescatándose dos funciones principales:
- Por un lado el ejercicio pedagógico y metodológico de formación académica y de contenido formal que alude a los aprendizajes concreto en las disciplinas sociales y científicas.
- Por otro lado el espacio de formación en el que se promueven dinámicas y prácticas que les permiten a los estudiantes reflexionar acerca de sus ideas y pensamientos, a través de la consolidación de un espacio simbólico intersubjetivo en el que se mezclan las subjetividades e individualidades de cada uno de los estudiantes.
La escuela juega un papel fundamental en la consolidación de la identidad, es en la etapa escolar en la que los seres humanos alcanzan un grado de madurez psicológico que les permite construir sus propios ideales a través de los aprendizajes y las interacciones que en ella se dan. Es por esto que la responsabilidad de la escuela, en relación con la educación sexual, debe ser equitativa y pensada desde la promoción de la salud en igualdad de condiciones, considerando la diversidad de la población estudiantil y propendiendo espacios en los que se dialogue y reflexione acerca de los cambios actuales. También debería considerarse la inclusión del enfoque de derechos humanos como discurso que promueve el respeto y la garantía de derechos para todos y por igual.
Es necesario modificar las prácticas que continúan promoviendo cátedras heteronormativas en la educación sexual. Hoy en día se hace también indispensable incorporar el enfoque de género para explicar la educación sexual desde la diversidad, comprendiendo conceptos como:
Sexo: Se asocia a la genitalidad. Puede ser endosexual: varón o mujer; o intersexual: características sexuales de ambos sexos.
Género: Construcción social de categorías y roles asociados al sexo que han sido impuestos por la historia y el contexto, llevando incluso a atribuir características y comportamientos que visibilizan las diferencias y desigualdades. Varón = masculino y fuerte; mujer = femenino y débil.
Identidad sexual: Remite a la forma en la que me identifico con el sexo biológico. Puede ser cisgénero: guarda relación con el sexo varón o mujer; o transgénero: no guarda relación con el sexo biológico.
Identidad de género: Responde a las preguntas ¿cómo me siento?, ¿con qué me identifico?, participan las categorías masculino, femenino o no binario.
Expresión de género: Hace referencia a la vestimenta y adornos en el cuerpo, de acuerdo con las categorías sociales masculino, femenino o no binario. También se relaciona con la expresión de afecto delicada o fuerte.
Orientación sexual: Determina el objeto de deseo. Es la atracción sexual hacia personas de mismo sexo (homosexual), personas del sexo opuesto (heterosexual), hacia ambos sexos (bisexual), hacia las personas sin diferenciar por sexo (pansexual).
Abarcar la totalidad de la sexualidad en el ejercicio de la educación sexual implica partir no solo del enfoque de derechos sino del enfoque de género. Por un lado el enfoque de derechos se propone informar y promover un diálogo respetuoso que incluya diferentes perspectivas en el reconocimiento de todos y todas como seres humanos sujetos de derechos, ofreciendo a la escuela una serie de escenarios en los que se permita la discusión alrededor de la sexualidad desde un ejercicio de libertad que hace parte de la consolidación de la identidad, más allá de lo que se espera como ciudadano o ciudadana, porque ese deber ser está atravesado por lo socialmente impuesto y limita el ejercicio educativo democrático y diverso al interior de las aulas de clase.
Por su parte, el enfoque de género parte del reconocimiento del género como construcción social que alude al sistema de relaciones sociales históricamente impuestos. Por lo que su incorporación en escenarios educativos viene a cuestionar parámetros del pasado que siguen vigentes. El género sigue siendo “uno de los ejes fundamentales que organizan la vida en sociedad, pues hace una diferenciación jerarquizada de espacios y funciones sociales, sumando o restando oportunidades” (García, 2010: 26). Solo cuando todos y todas disfrutemos de los mismos derechos en igualdad de condiciones se podrá hablar de derechos humanos y no de privilegios. Y las escuelas están invitadas a tomar posición al respecto pues más allá de ser un soporte socio-afectivo para sus estudiantes, es un espacio de aprendizaje responsable no solo de la formación individual sino del bienestar colectivo del mañana. La incorporación de los enfoques de derecho y de género son esenciales para lograr una salud sexual plena, segura y digna en Colombia.
(Imagen) https://www.timetoast.com/timelines/educacion-sexual-6a842809-da88-4dc4-9088-881d0c9e9531
Referencias
Durkheim, E. (1976). Educación como socialización. Salamanca, Ediciones Sígueme.
Echavarría, C. V. (2003). “La escuela: un escenario de formación y socialización para la construcción de identidad moral”. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud. Volumen 1, N° 2, 15-43.
García, C. (2010). Guía para incorporar la perspectiva de género a la investigación de la salud. Granada: Escuela Andaluza de Salud Pública.
Ministerio de Salud y Protección Social (2014). Política Nacional de Sexualidad, Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos 2014-2021. EDM Comunicaciones.